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miércoles, 8 de mayo de 2013

El hombre que lanzaba piedras al lago...



¡Hola amig@as! Primero agradeceros vuestras cartas y comentarios de felicitación por el éxito de la obra... Gracias, sois maravillos@s. Como sabéis, siempre intento que mis post sean un jardín lleno de flores y energía positiva, me gusta hacer felices a quienes visitan este blog, que olviden por un instante los problemas, dejen la tristeza en el congelador y se resguarden de la tormenta que nos acucia, de esa maldita crisis que se desliza silenciosamente y entra en las casas. Sí. Para muchas personas, quizá la mía sea una postura superficial. Nada más lejos de la realidad. Sólo creo que, en medio del huracán, necesitamos respirar, evadirnos de las sombras, sonreír, ilusionarnos con minucias. Soñar.

Hoy quiero hablar de ese monstruo de grandes tentáculos que amenaza cada día campos y barrios, casas y tiendas, caminos y nubes: la crisis. Pero lo haré de la única forma que conozco. Con un cuento. Lleva por título “El hombre que lanzaba piedras al lago” y comienza así:

"Érase una vez  país muy lejano donde, tras años de opulencia, llegó una gran crisis económica que asoló a sus habitantes.

-¡Estoy hasta los cojones!- Gritaba apesadumbrado el joven Zac Efron, famoso por su larguísima cabellera desastrada- ¡En el paro, sin amor, sin ilusiones, sin esperanza, sin ganas de nada! ¡No existe solución!... ¡Y no pienso lavarme la cabeza jamás!

Efectivamente. La situación en aquel lejano país era desastrosa, y el pelo de Zac también. Tan terrible era la crisis, que los políticos habían decidido convertirse en payasos y sólo comparecer para hacer números cómicos: La presidenta se había especializado en el clásico número de la tarta en la cara y el ministro de economía interpretaba magistralmente la canción “El señor conductor no se ríe” a base de eructos. Gracias a  estos gags desternillantes, el equipo de gobierno se iba librando de unas elecciones anticipadas.
Un día, mientras Zac se lamentaba camino de casa, se topó con un grupo de personas que curiosas observaban un cartel. En él se podía leer:

“¿Estás desilusionado? ¿Triste? ¿Sin esperanza? El hombre que lanza piedras al lago tiene la solución”

-¿El hombre que lanza piedras al lago? ¡Otro timador que viene a tomarnos el pelo, pobres infelices! ¡No hay solución, no os hagáis ilusiones!– Gritó Zac. Y protestando, regresó a su casa para seguir lamentándose por su desgraciada existencia mientras se rascaba la cabellera. Pero de pronto, pasados unos días… el joven comenzó a percibir una extraña sensación: a su alrededor, la gente parecía más feliz, como si tuvieran... ILUSIÓN.

-¡Que día tan maravilloso!- Exclamaba su vecina al plantar en su jardín tomates de rama. Y mientras colocaba el cartel “También vendo tartas de alcachofa”, el panadero del pueblo cantaba sin cesar. Hasta la peluquera, que no peinaba a nadie desde hacía 17 años, abría las puertas de su establecimiento dando pequeños saltitos de alegría y cambiando el escaparate de lacas por uno de preciosos jabones artesanales con aromas a coliflor, patatas a la Riojana y torta del Casar. Sí, todos parecían más felices. Todos menos Zac.

-Deberías ir a ver al hombre que lanza piedras al lago. Él te podría ayudar.- Díjole su primo Mario Casas intentando consolar al muchacho.

-¿Pero que hace ese hombre que os lava el cerebro? ¡¡¡Si este país se va al carajo!!! ¿Tú has visto la tele? ¿Has escuchado a los contertulios de política? ¿Has leído los periódicos? ¡Es para pegarse un tiro! ¿Qué os ha dado ese tío?

-Debo guardar silencio. Es una de las normas del hombre del lago, deberás ir tu mismo para saberlo… Y lávate la cabeza, porfi.

Pasaron los días, las semanas, los meses. Y poco a poco, el lejano país se fue tiñendo de alegría y esperanza para sus gentes. Pero Zac, continuaba sin acudir al lago. Hasta que un día, se decidió y fue hasta allí.

-Hola Zac, te estaba esperando. Eres el único habitante del país que no había venido a visitarme...- Díjole al muchacho mientras tomaba su brazo y se acercaba a la orilla. El hombre tenía una poblada barba, lucía unos pantalones atados con una cuerda y una roída camisa de cuadros. Sin duda, no era un hombre rico. -Zac, una pregunta: ¿estás realmente convencido de que quieres recuperar la ilusión y la esperanza?

Tras una breve pausa, Zac afirmó moviendo la cabeza.

-Lo sabía, de lo contrario, tú no habrías venido jamás hasta aquí. Has logrado el primer paso para conseguir tus deseos. Zac, quiero que observes este precioso lago. Ni una ola, sus aguas están quietas, nada se mueve… Fíjate, es como un espejo…

Y cuando Zac se había concentrado en la quietud de aquel lago, el hombre cogió una piedra del suelo y la lanzó con todas sus fuerzas. Entonces, cuando la roca hizo contacto con la superficie, decenas de ondas aparecieron de la nada, ondas que llegaron hasta la orilla, que mojaron los zapatos de Zac, que despertaron a unas pequeñas ranas que dormían entre las hojas y revolucionaron a las mariposas que se posaban sobre las flores. Hasta un grupo de martines pescadores echaron a volar. En unos instantes, todo se había puesto en movimiento. El hombre que lanzaba piedras al lago miró a  Zac, que permanecía con la vista fija en aquel maravilloso espectáculo.

-Querido Zac. La vida es un lago, y tú eres el encargado de tirar la piedra. Un solo movimiento y todo el mecanismo de la vida se pondrá en funcionamiento. Aunque no suceda ahora, esa onda que ha provocado tu piedra, llegará a la orilla en algún momento y modificará el paisaje de tu vida, has de tener paciencia. No basta con lamentarse desde la orilla. Toma- El hombre le entregó una bella piedra de color piedra.- Esto te hará recordar que eres tú el que ha de poner en movimiento tu mundo. Y te prometo que las ondas llegarán. Ahora tengo que partir, me esperan en Chipre, en Italia, en Portugal, en Grecia, en Irlanda, en Francia…

Así, sin dejar de hablar, el hombre que lanzaba piedras al lago se alejó por el camino desapareciendo entre la espesura.
Pasadas unas semanas Zac decidió lanzar su piedra y lo primero que hizo fue lavar y cortar su larga y desastrada melena. Pronto la hija del frutero se fijó en él y en unas semanas se enamoraron, de este modo conoció al tío Genekelly, un criador de chihuahuas enanos que necesitaba alguien de confianza para darles el biberón. Como regalo por su buen trabajo, regaló a Zac una perrita preciosa con pedigrí que ahora es Miss Chihuahua mundial y hasta tiene su propia firma de cosméticos que se venden de maravilla en la China. Sí, la piedra de Zac, surtió efecto, sólo había que lanzarla… Y colorín colorado…".

Sí amig@s, probablemente existan muchas personas que lo han intentado todo para luchar contra la crisis, no ven resultados, y esto provoca que la desesperanza se instale en sus vidas. Pero perder la ilusión el lo más cercano a la nada. Mientras no nos lo impidan, tenemos que seguir tirando piedras al lago… ¡¡¡Las que haga falta!!! Suerte amig@s. ¡Os espero en Twitter!  @bilbao_idoia

17 comentarios:

  1. Me has dejado de piedra nunca mejor dicho! Y esq a ceces tendemos a regocijarnos en los males sin pensar q hay muchas formas de salir adelante aunk no lo parezca! Y es triste q haya gente q no tire su piedra al menos una vez antes de querer acabar con su vida.. Ojala todos pudiesen ver x un instante volar mariposas y sonreir aunk solo fuese x leer un cuento....

    Gracias x seguir regalando magia!!! Eres increible!!!

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  2. Me has dejado de piedra nunca mejor dicho! Y esq a ceces tendemos a regocijarnos en los males sin pensar q hay muchas formas de salir adelante aunk no lo parezca! Y es triste q haya gente q no tire su piedra al menos una vez antes de querer acabar con su vida.. Ojala todos pudiesen ver x un instante volar mariposas y sonreir aunk solo fuese x leer un cuento....

    Gracias x seguir regalando magia!!! Eres increible!!!

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  3. Que preciosidad de cuento Idoia, me ha encantado, y es que no deberíamos perder la ilusión nunca, por muy difíciles que se pongan las cosas...

    Un besazo guapa!!!

    http://sunnydaybyargi.blogspot.com.es/

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  4. Qué historia tan bonita y tan positiva, Idoia!!Ya tenía ganas de que volvieras a contarnos uno de tus famosos cuentos orientales a los que soy adicta y este te puedo asegurar que es uno de los más bonitos que he leído.Vamos a seguir lanzando piedras a ver si por fin las ondas llegan a la orilla y notamos los efectos. Bsinss,wapa:)

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  5. Si muchos leyeran este cuento se plantearían tantas cosas..... Si no hacemos nada nunca tendremos nada. Saludos guapa y gracias por estos post!!

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  6. Muchas gracias por esta entrada tan bonita y que hace pensar.- Besicos.

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  7. Que bonito, me ha encantado.

    pupifashionblog.blogspot.com

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  8. Hola tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs de Mujer y Belleza. Por mi parte te pediría un enlace dentro de cualquier articulo de tu blog hacia mi web y asi beneficiar ambas con mas visitas.

    me respondes a munekitacat@gmail.com
    besoss
    Emilia

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  9. Voy a ir a ver al hombre del lago...porque está el percal...pa tirar piedras!
    ..pero eso sí...por Dios...no quisiera yo encontrarme por el camino a Zac...Zac Efron!
    Besazos,Idoia!

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  10. "yes más salá que les pesetes"!!!!!!

    http://maritienblog.blogspot.com.es/

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  11. QUE BONITO IDOIA!!!
    OJALA TODO EL MUNDO TIRE UNA PIEDRA Y SE DE CUENTA.

    UN BESAZO

    RUTH A.
    http://www.ruthazofra.es/index.php/el-blog-de-ruth/2560

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  12. Precioso Idoia ... Gracias por compartirlo.

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  13. Qué genial eres, Idoia, me ha encantado la historia y me ha hecho reflexionar
    gracias por compartirla!

    besos
    Diana

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  14. Siempre es un placer leerte. Un beso y buen fin de semana!! http://universovarietes.blogspot.com.es/2013/05/como-las-alas-al-viento_10.html

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  15. Que bonito!
    Te sigo me sigues??
    http://aidaerian.blogspot.com.es/
    Gracias

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  16. Precioso! Ese tipo de cuentos me llegan mucho. Gracias por compartir!

    http://yudwild.blogspot.com.es/

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  17. Me ha encantado! Saludos, Amparo http://fanofstylebyamparo.blogspot.com.es/

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