¡Hola amiguitas! Hoy, como regalo de reyes, quiero deleitaros con uno de mis celebérrimos cuentos. Es una versión libre del clásico navideño: “Como mi cuñaó cuente otro chiste me lo cargo con el cuchillo de trinchar” de José Luis Dickens. La historia comienza así...
Aston Kucher estaba desolado, aquellas navidades le resultaron profundamente tristes. Para él, había sido un año terrible en el que sucedieron fatales acontecimientos. Hechos inesperados que a Aston le dejaron sumido en una gran desdicha…
-Soy un pringao… -Decía Aston entre lágrimas- Todo me sale mal, pa' mí que me ha mirado un tuerto…
Sí. Aston estaba convencido de que la suerte le había abandonado y lloraba amargamente. Mientras el resto del mundo cantaba alegres villancicos, ponían anís del Mono a los magos de Oriente y reían comiendo frutas escarchadas y mazapanes, él se lamentaba pesaroso. La noche de Reyes, Aston, presa de la desesperación, decidió tomarse entera una caja de polvorones La Estepeña.
-A tomar por cul… todo. ¡Se acabó!
No había vuelta atrás, estaba decidido a hacerlo. Pero de pronto, sucedió algo extraordinario… Al abrir el primer polvorón, un halo de luz cegadora surgió de su interior inundando la estancia hasta dar forma a un insólito ser:
-Hola Aston Kucher. Soy Isaac Washington, el negro de “Vacaciones en el Mar”…
-¡La madre que me parió!- Exclamó nuestro protagonista frotándose los ojos- ¡Es cierto, eres el negro de “Vacaciones en el Mar”!
-Sí. Aston, el que ponía los daikiris. Se que estás a punto de cometer un hecho irreparable, por eso estoy aquí. ¿Qué te mueve a hacer esta chorrada?
-Isaac, soy el ser más desgraciado del planeta. Este año todo me ha salido mal: He perdido mi trabajo y estoy en el paro, se me cae el pelo a puñaós y me han puesto brackets hasta dentro de 7 años. Respecto a mis amigos, unos me han traicionado y otros me han abandonado sin explicación. Mi gato “Spidofreire” se ha escapado por la ventana, además bla bla bla bla bla bla … y han quitado "Hospital Central". Vamos, un horror de año.
Aston enumeró las múltiples desgracias que, según él, le habían destrozado la vida. Cuando el joven hubo acabado la retahíla de penalidades, Isaac Washington díjole así:
-Aston, muchacho… Creo que eres el hombre con más suerte del mundo…
-¿Yo? ¿Estás de guasa, no?...
-No, los camareros de crucero nunca estamos de guasa.- Replicó en tono serio.- Creo que la suerte te ha tocado con su barita mágica… Pero claro, es más fácil compadecerse de uno mismo que empezar de nuevo. Sí amigo,es evidente que has perdido algunas cosas…
-¡Pues entonces!- Exclamó malhumorado.
-Pero Aston, realmente, no tenías NADA.- El muchacho se quedó callado observando al hombre de oscuro color- NADA. ¿No te das cuenta?...-El negro de “Vacaciones en el mar” se acercó al jóven pasándole el brazo por los hombros.-…Analicemos la situación: trabajabas como choricero del reino. Llevabas 17 años haciendo chorizos, uno detrás de otro, de sol a sol. ¿Cierto?
-Cierto.
-¿Y te apasionaba levantarte cada mañana para hacer chorizos de cantimpalo?- Aston guardó silencio- No. Cada día te resultaba más difícil acudir a la fábrica, únicamente lo hacías para vivir. Lo triste es que vivías para trabajar… La caída del pelo y los brackets te dan cierto "charme" irresistible y tranquilo, "Hospital Central" volverá con el centro de salud convertido en un ZARA. Sobre la “terrible” pérdida de esos amigos… Te felicito de todo corazón por haberlos perdido.
-Pero... ¡Los amigos son importantes!
-¡Exacto! LOS AMIGOS. Eso que tú tenías no eran amigos. Eran sucedáneos baratos, bisutería de tercera. ¿En serio piensas que alguien que te abandona sin dar una explicación es tu amigo? Nunca lo fue, bueno sí, cuando necesitó algo de ti. Después tú ya no eras NADA para él. Y los que te traicionaron… En verdad, jamás te quisieron. Mejor dejarles marchar.
- ¡Bueno, vale! Pero ¿Y mi gato? ¿Qué me dices de mi gato Spidofreire?...
-Que es más listo que tú: Decidió abandonar su vida cómoda, al calor de la lumbre y emprender un nuevo camino. Ahora te toca a ti… La suerte te ha dado la oportunidad de empezar de cero. Felicidades. Repito: ¡FELICIDADES, ASTON CUCHER!...
Así, el espectro de Isaac Washington se fue diluyendo entre las sombras y volvió la oscuridad, el sonido de los villancicos de fondo y un aroma a pavo asado que llegaba desde la cocina. La puerta se abrió y una preciosa mujer asomó tras ella.
-Mi amor, ¿Dónde estabas metido? ¡Estamos toda la familia esperándote!- Era Kristel Carrington, la bella esposa de Aston- Mi vida, ¡No podemos comenzar a cenar sin ti!...
-Kristel Carrington, ¡qué feliz soy! –Musitó Aston tomándola en sus brazos- ¡El hombre con más suerte del mundo!
Sí, amiguitas, en ocasiones, las lágrimas por lo perdido nos impiden ver lo que tenemos frente a nosotros. Y, a veces, hay que perder lo que tenemos para despertar a un mundo nuevo lleno de luz y energías renovadas.
De este modo, Aston remontó de su tristeza y abrió una tienda de polvorones triunfando con exclusivas especialidades: helado de polvorón, polvorones al pil pil, burguers de polvorón, sopa de polvorón, polvorones gratinados… En tres meses ya había conseguido el premio “Emprendedor del año” y decenas de amigos maravillosos que no le echaban continuamente en cara lo que les había costado el regalo de su boda. Y colorín colorado, este cuento de Reyes se ha acabado…
PD: Este es mi pequeño regalo para todas aquellas personas que empiezan de cero. ¡Ahora sí que viene lo bueno, amigas!...