¡Hola amig@s! ¿Qué os ha traído Santa Claus? Este año, mi mejor regalo llegó adelantado, hace unas semanas y fue uno de los mejores que se puedan imaginar: Reunirme de nuevo con ellas.
Cuando nos conocimos en la escuela de arte dramático, allá por 1867, no sabíamos que, además de aprender a odiar a Ionesco, encontraríamos un tesoro quizá más importante que salir haciendo de señora que cierra la puerta en una peli de Kalparsoro. Encontraríamos la amistad. Sí, hombre, eso que aparece en las tazas de Mr. Wonderful. Pos eso.
Cuando nos conocimos en la escuela de arte dramático, allá por 1867, no sabíamos que, además de aprender a odiar a Ionesco, encontraríamos un tesoro quizá más importante que salir haciendo de señora que cierra la puerta en una peli de Kalparsoro. Encontraríamos la amistad. Sí, hombre, eso que aparece en las tazas de Mr. Wonderful. Pos eso.
Allí, entre Layton, las clases de dicción y las sesiones de memoria sensorial, descubrí algo inesperado y maravilloso: personas que no me hacían sentir distinta, mujeres irrepetibles. Y cuando podemos, nos reunimos para ponernos al día y recordar viejos tiempos... E incluso para planear tiempos nuevos. Sí. Ese día teníamos un gran plan: estar juntas otra vez y arreglar el mundo.
Dada la cantidad de ladrones que aparecen últimamente por doquier, decidimos celebrar la reunión vestidas de cacos, que está muy de moda. Nerea estaba espectácular, sólo le faltaba ser concejal de urbanismo para resultar el caco perfecto.
Marisili preparó una mesa vintage, muy evocadora... De esas que traen recuerdos de la niñez... ¿No recordáis esos platos blancos de bordes estampados?
Estos platos, junto a los Duralex de cristal naranja y los blancos con dibujo de margaritas, son un clásico popular de los 70... Sobre ellos, la servilleta vichy bordada a mano con las iniciales de los apellidos familiares.
Yo me enamoré de estos diminutos salpimenteros de los años 30 que adornaban la mesa. #cukimonos
En el eclepticismo psicodélico de la mesa no podían faltar estas dos piezas de los 70 más camperos: la aceitera y vinagrera decoradas con flores al estilo folk.
Y tras la comida, aparecieron las confidencias, los recuerdos, los viejos y nuevos proyectos... Y del saco salieron algunos detallitos...
Como este candelabro navideño de ZARA HOME...
O estas velas de piñas nevadas que parecían verdaderos pastelitos... El que falta me lo comí yo, of course.
Y nos dieron la una, las dos, y las tres y las cuatro y las... Sin duda alguna fue el mejor plan... Por momentos como este, ojalá siempre fuera Navidad... ¿Y a vosotr@s? ¿Qué os ha traido la Navidad? Espero que sean regalos tan maravillosos como el mío... Otro día os enseño el juego de maletas de LV, el Chanel 2.55, el yate de 90 metros de eslora y el crucero de 2 meses por la Polinesia, que tampoco están mal como regalos. Pero esa, es otra historia... Espero vuestros comentarios amiguit@s, hasta pronto y ahora... ¡A preparar la llegada de los Reyes Magos de Oriente!