¡Hola
Amig@s! Estos días, entre el nuevo proyecto (del
que estoy dando buena cuenta en Twitter
@bilbao_idoia) y la salida de mi nuevo libro el día 6 de junio,
estoy a tope, pero he sacado tiempo para regalaros uno de mis Cuentos
Orientales. En esta ocasión he elegido una pieza inspirada en la actualidad más
candente, lleva por título “La decisión de
Filomena Marturano”.
Cuando
en medio de una cruenta crisis económica nació el primer hijo de Filomena
Marturano, a la joven madre sólo le preocupaba el futuro de su pequeño.
-¡Dios mío, hijito! ¿Qué será de ti?
¿Cómo guiarte en este mundo infame? ¡Con esta maldita crisis desconozco el camino que has de tomar para triunfar en la
vida! ¡Señor, envíame una señal!
A
aquellas alturas de la crisis, el concepto “triunfar
en la vida” se traducía en poder acudir al cine una vez cada 2 años o tener
el suficiente poder adquisitivo para ir de camping a Palencia en el puente de Mayo.
Pero Filomena aspiraba a algo más para su hijo y su vida se convirtió en la
búsqueda incansable de una profesión de futuro para el pequeño Roman Polansky,
que así se llamaba el niño. Por este motivo decidió ponerse en las manos de un
asesor profesional con bigote.
-Buenas tardes señor asesor
profesional con bigote- Díjole
Filomena a un robusto hombre del ayuntamiento que lucía un poderoso mostacho- Quiero que mi hijo triunfe en la vida y no
sé que camino ha de tomar… ¡Ayúdeme señor asesor profesional!
-Señora Filomena- respondiole el hombre
acariciándose la punta del bigote- como
sabe, la crisis ha provocado que muchas profesiones hayan desaparecido… De
hecho, profesiones para triunfar en la vida me quedan poquísimas… -Sacando
un archivador del cajón, comenzó a buscar entre sus documentos- A ver… Arquitecto no, constructor no, médico
no, profesor no, equilibrista no… Ya le digo que me queda poca cosa… -Tras
unos minutos de búsqueda, el asesor volvió a dirigirse a Filo- Señora Filomena, como profesiones de
futuro sólo me quedan: Tesorero de partido político, presidente de sindicato,
yerno de rey y una de las nuevas profesiones con más proyección: I+C Incompetenting Comepolling. Vamos, el pelota de
toda la vida pero con whatsapp.
- Ya… ¿Y no tiene más?- Pregúntole Filomena desesperanzada
-No. Pero si quiere, su hijo se puede
hacer emprendedor e inventar cosas absurdas como un zapato-costurero o unas
bragas con paracaídas.
-Pues no lo veo.
Filomena
Marturano, desolada, abandonó el despacho del asesor. Ninguna de aquellas
propuestas la habían convencido: los tesoreros de partido político corrían el
riesgo de acabar siendo vedettes de revista, los presidentes de sindicato
tenían como obligación llevar barba y Filomena siempre había sentido aversión
hacia las barbas. Tampoco veía con buenos ojos el que su hijo eligiera ser
yerno de rey; experiencias anteriores habían demostrado que elegir esta
profesión tenía efectos secundarios y te podía crecer en la cabeza un chalet de
Pedralbes con reforma de 3 millones de euros, cosa harto molesta. Y por
supuesto no se le pasó por la cabeza que su hijo fuera Incompetenting Comepolling, profesión de gran futuro pero que ella
consideraba del todo amoral.
-¡No encuentro el camino! ¡Señor,
envíame una señal, por fi!
Así,
esperando a que el señor, que en aquellos momentos rodaba junto a Mel Gibson
una peli, le diera una señal, fueron pasando los años. Hasta que de pronto… la
señal llegó.
-¡Sí! ¡Sí! ¡Gracias señor! ¡Por fin se
lo que será mi hijo el día de mañana! ¡Tendrá prestigio, ganará una pasta y no
le cobrarán el chupito de licor de hierbas cuando salga a cenar fuera! Mi hijo
será… ¡contertulio político!
Efectivamente.
Mientras Filomena Marturano hacía zapping frente a la televisión, se percató de
un hecho que hasta entonces no había llamado su atención: en la tele había
cientos de miles de programas que hablaban y hablaban y hablaban de la crisis y
la situación del país. En aquellos programas tan serios aparecían cientos de
miles de contertulios que hablaban, hablaban y hablaban pronunciando
sofisticadas palabras que les dotaban de una gran intelectualidad y poderío. De
izquierdas, de derechas, de centro, de arriba, de abajo… Aquellos contertulios
de política parecían tener la solución de todos los problemas del país, sin
ellos nada sería posible, el final de la crisis estaba en su poder, ellos eran los
gurús de la sociedad. Sí, estaba decidido: ¡Su hijo sería contertulio político!
De
este modo, Filomena envió a Roman a la Universidad de contertulios políticos de
Osfor y allí se formó como un gran profesional logrando aparecer en más de 500
programas a la semana, en algunas ocasiones incluso simultáneamente en varios a
la vez.
Así
fue como Filomena Marturano consiguió que su hijo fuera un triunfador, ganara
una pasta y le regalaran sesiones de solarium. Y colorín colorado este cuento
se ha acabado.
Sí
amig@s, en ocasiones estamos tan cegadas por encontrar respuestas, que en la
intensa búsqueda nos olvidamos de que quizá la solución está frente a nosotros…
Miremos a nuestro alrededor, observemos atentamente, seguro que aquello que
deseas está muy cerca… Y hasta aquí el cuento de hoy, yo sigo preparando la
salida el día 6 de junio de mi nuevo libro ¿Os lo había dicho?... Os espero en
Twitter @bilbao_idoia ¡Hasta pronto
amig@s!