AL RASTRO!!

Hola amiguitas! Primero daros las gracias por vuestros comentarios y ánimos para derrotar al maldito virus, al que después de tantos días de convivencia, he llamado Jose. Os cuento: tras romper mi relación con el susodicho Jose (os juro que me revolvía el estómago...), este domingo por la mañana decidí comprobar que había vida más allá de mi cama, así que Mary Jane y yo, después de parlamentar (ella quería ir a un gimnasio para hacer fotos de tíos en mallas…) nos fuimos al rastro en busca de un caprichito: una lamparita antigua, a se posible de principios, mediados del XX. Como ya sabéis, me encanta el vintage y coleccionar cositas de todo tipo…Tanto,  que cuando me preguntan: ¿Coleccionas algo?, yo respondo "Sip, colecciono colecciones"… Dicho lo cual, hoy os invito a una de  mis mañanas domingueras explorando el mítico rastro de Madrid. Para ello he dado a las fotos un efecto vintage y así ponernos en situación... ¿Os apuntáis a mi viaje en el tiempo?

Me encanta entrar al rastro por la plaza General Vara del Rey, donde hay cantidad de puestos, no sólo de antigüedades: puedes encontrarte una montaña inmensa con zapatitos de niña.

Enseguida encuentras las mesas expuestas en la calle con millones de cosas interesantes... Estas radios no os parecen increíbles? Me encanta fisgonear en todos los puestos. Pero sobre todo, visitar una de mis tiendas preferidas:  "La recova"...

En esta magnífica tienda puedes encontrar auténticas joyas del siglo XX. La mesita con asa de la primera foto, es un costurero que, en breve y si no se lo lleva una desalmada, caerá en mis manos... Seguramente lo reutilizaré como cubertera... Pero ¿Dónde está mi lamparita? De momento...Ni rastro! Y nunca mejor dicho...

Eso sí, en mi paseo me encontré con esta báscula... Una pena que cuando te subes deja de ser tan encantadora... Si os fijáis, el bodegón es toda una alegoría: el tiempo, una báscula y una raqueta de tenis... ¿Os inspira algo? Si te digo yo que soy una artistaza...

Mi lamparita sigue sin aparecer, pero llegué hasta una de las más famosas tiendas de la zona, especializada en sifones de todas las épocas...

Buceando entre las callejuelas también encontré este establecimiento:  Vajillas alucinantes, cuberterías para volverse loca, teteras de lujo, cristalerías, jarras... Dios mío, que maravillas! Prometo volver...

El último intento para conseguir mi lámparita. Una tienda preciosa de mediados del XX donde me hubiera quedado a vivir... No encontré lo que buscaba. Ni una mísera vela... Pero no podía irme con las manos vacías, así que me pasé por la Plaza Mayor. He aquí mis tres joyitas del día:

Un recordatorio de bautismo fechado en La Habana en 1900. Las letras interiores son de oro sobre papel transparente, una preciosidad. La tarjeta con las flores azules es otro recordatorio, en este caso de 1912. Y la tercera delicia es una postal de 1925 que una enamorada envía a su prometido el día de su onomástica. Es maravillosa la portada de flores bordadas con una pequeña foto coloreada de la pareja. ¿Donde han quedado aquellos detalles tan románticos, por Dios?! Ahora, te felicitan por WhatsApp diciendo: "Flizds, t xam l smn prox y m invts a cnar"... Y ahora os preguntaréis: ¿Y que va a hacer esta mujer con las postales? ¿Guardarlas en un cajón junto a los menús de comida china a domicilio? ¡Pues no! En breve os mostraré el destino que les depara! Hasta la próxima aventura amiguitas!